Cuando asumimos un nuevo caso profesional, nos damos cuenta que no solo estamos asumiendo la tramitación de un expediente judicial. En muchas ocasiones -por no decir, prácticamente en todas-, lo que también asumimos, es la responsabilidad de saber lidiar con las emociones del cliente que acude a ti.
Detrás de cada proyecto, existe una historia personal que impacta e influye directamente en la gestión del caso en particular, pudiendo frustrar incluso, la consecución del éxito.
Hace unos días, tuve la gran suerte de poder representar y defender los intereses de una empresa, cuyos gerentes apostaron con todo por un sueño empresarial, creando puestos de trabajo, innovando tecnológicamente y posicionarse como líderes en su sector.
Sin embargo, las contingencias externas -imposibles de prever- no les ayudaron, como tampoco el equipo profesional con el que contaban. Y de ahí que se movieran emociones durante la tramitación del procedimiento judicial, difíciles de controlar.
El resultado no pudo ser más satisfactorio para los clientes, obteniendo una sentencia a su favor. Sin embargo, no les pude quitar el sabor amargo de vivir momentos que, seguramente, hubieran preferido no vivir.
Gracias Mónica y Albert por escoger la Boutique para asumir vuestra defensa. Se lideró con gusto una estrategia legal que creo firmemente os permitirá seguir en el mercado y crecer, de nuevo, en vuestro sector profesional, posicionándoos donde os merecéis.