
Hace más de un año que colaboro de forma regular con varios medios de comunicación, ya menudo me preguntan si esto «sirve de algo» más allá de la visibilidad. La respuesta es clara: sí, y mucho. Pero no sólo en términos de imagen o reputación, sino sobre todo por lo que conlleva como ejercicio profesional y humano.
Cuando escribo una columna o participo en un programa, el reto no es sólo hablar de derecho, sino hacerlo comprensible, traducir un lenguaje a menudo denso en ideas que ayuden a la gente a comprender mejor cómo les afecta la ley en su día a día. Ésta es, para mí, una de las grandes responsabilidades de nuestro sector: acercar el derecho a la ciudadanía y contribuir a deshacer la sensación de que la justicia es un mundo ajeno o inaccesible.
Los medios nos obligan a salir de la zona de confort. Cuando preparas un artículo o una intervención, no puedes refugiarte detrás del lenguaje técnico; es necesario sintetizar, contextualizar y, sobre todo, conectar con quien te escucha o te lee. Esta capacidad de comunicación también mejora nuestro trabajo como profesionales del derecho, porque nos enseña a escuchar más y hablar mejor.
También existe otro aspecto menos visible pero muy importante: la coherencia. Cuando expones tu opinión en público, te obligas a revisarla, fundamentarla y hacerla comprensible sin perder rigor. Escribir para un medio es, en este sentido, una forma de ejercer la autocrítica.
Me gusta pensar que estas colaboraciones no son sólo un escaparate, sino un puente. Un puente entre el mundo jurídico y la sociedad, entre la teoría y la realidad, entre lo que se dice en las leyes y lo que vivimos cada día. Si este puente ayuda a alguien a entender mejor un derecho, un procedimiento o una situación personal, ya ha merecido la pena.
Además, los medios permiten humanizar la profesión. A menudo se ve a la abogacía como un ámbito distante, pero detrás de cada profesional hay personas que también quieren aportar valor y contribuir al debate público desde la experiencia. Colaborar con medios, cuando se hace con rigor y honestidad, es una forma de ejercer esta responsabilidad social que también nos corresponde como juristas.
Por eso, cada vez que escribo o participo en un espacio de radio o prensa, lo hago con la misma actitud que tengo ante un cliente o un juez: con respeto, claridad y la voluntad de aportar soluciones.
👉 Y tú, ¿cómo valoras el papel de los profesionales que comparten conocimiento a través de los medios? ¿Crees que contribuye a hacer el derecho más cercano?


