Cada vez son más las empresas que me preguntan cómo deben actuar cuando sospechan o detectan el consumo de alcohol o drogas por parte de sus trabajadores.

Cuando esto ocurre, debemos tener en cuenta tres aspectos que, por sí solos, son dificíciles de equilibrar; por un lado, nos encontramos con la seguridad del propio trabajador afectado, los derechos de las personas que trabajan y el papel que juega la empresa con respecto a su responsabilidad legal.

Desde un punto de vista jurídico, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es muy clara: el empresario tiene el deber de velar por la seguridad y la salud de toda la plantilla. Esto implica prevenir cualquier situación que pueda comprometerla -también aquellas relacionadas con el consumo de sustancias-, especialmente en sectores donde el riesgo es alto.

Ahora bien, el derecho a la seguridad no puede anular otros derechos fundamentales, como la intimidad o la dignidad personal. Los controles de alcohol o drogas sólo pueden realizarse cuando estén justificados, sean proporcionados y respeten la confidencialidad. La jurisprudencia es clara: no pueden aplicarse de forma indiscriminada ni convertirse en un mecanismo de control general.

Por eso, siempre recomiendo a las empresas que no esperen a tener un caso sobre la mesa para actuar. Lo inteligente es prevenir i establir un protocol intern clar,elaborado con la participación de los representantes de las personas trabajadoras. Este protocolo debería definir cómo se actuará ante una sospecha, qué pasos seguirá la dirección y, sobre todo, qué recursos de ayuda o apoyo pueden ofrecerse antes de llegar a la sanción.

He visto a empresas que han apostado por la mediación o por programas de acompañamiento como alternativa a la vía disciplinaria, y los resultados suelen ser positivos.

Al fin y al cabo, detrás de cada situación hay una persona que puede estar atravesando un momento difícil, y la forma en que la empresa gestiona estos casos dice mucho sobre sus valores.

Ésta es la gran diferencia entre aplicar la ley y entenderla. El derecho no sólo sirve para sancionar, sino para ordenar y proteger. Una buena gestión de estos casos no sólo reduce riesgos legales, sino que también fortalece la confianza en la organización. Cada situación es diferente, y debe valorarse con prudencia.

En definitiva, la prevención y el diálogo siempre son mejores que la sanción y el conflicto.

👉 I vosotros, creéis que las empresas han de tener un papel más activo en la prevención o limitarse a sancionar cuando el problema ya es evidente?

Alcohol y drogas en el trabajo: ¿cómo deben actuar las empresas? - Laura Escamilla

Alcohol y drogas en el trabajo: ¿cómo deben actuar las empresas?

Cada vez son más las empresas que me preguntan cómo deben actuar cuando sospechan o detectan el consumo de alcohol o drogas por parte de sus trabajadores.

Cuando esto ocurre, debemos tener en cuenta tres aspectos que, por sí solos, son dificíciles de equilibrar; por un lado, nos encontramos con la seguridad del propio trabajador afectado, los derechos de las personas que trabajan y el papel que juega la empresa con respecto a su responsabilidad legal.

Desde un punto de vista jurídico, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es muy clara: el empresario tiene el deber de velar por la seguridad y la salud de toda la plantilla. Esto implica prevenir cualquier situación que pueda comprometerla -también aquellas relacionadas con el consumo de sustancias-, especialmente en sectores donde el riesgo es alto.

Ahora bien, el derecho a la seguridad no puede anular otros derechos fundamentales, como la intimidad o la dignidad personal. Los controles de alcohol o drogas sólo pueden realizarse cuando estén justificados, sean proporcionados y respeten la confidencialidad. La jurisprudencia es clara: no pueden aplicarse de forma indiscriminada ni convertirse en un mecanismo de control general.

Por eso, siempre recomiendo a las empresas que no esperen a tener un caso sobre la mesa para actuar. Lo inteligente es prevenir i establir un protocol intern clar,elaborado con la participación de los representantes de las personas trabajadoras. Este protocolo debería definir cómo se actuará ante una sospecha, qué pasos seguirá la dirección y, sobre todo, qué recursos de ayuda o apoyo pueden ofrecerse antes de llegar a la sanción.

He visto a empresas que han apostado por la mediación o por programas de acompañamiento como alternativa a la vía disciplinaria, y los resultados suelen ser positivos.

Al fin y al cabo, detrás de cada situación hay una persona que puede estar atravesando un momento difícil, y la forma en que la empresa gestiona estos casos dice mucho sobre sus valores.

Ésta es la gran diferencia entre aplicar la ley y entenderla. El derecho no sólo sirve para sancionar, sino para ordenar y proteger. Una buena gestión de estos casos no sólo reduce riesgos legales, sino que también fortalece la confianza en la organización. Cada situación es diferente, y debe valorarse con prudencia.

En definitiva, la prevención y el diálogo siempre son mejores que la sanción y el conflicto.

👉 I vosotros, creéis que las empresas han de tener un papel más activo en la prevención o limitarse a sancionar cuando el problema ya es evidente?

LAURA ESCAMILLA · BOUTIQUE LEGAL